miércoles, febrero 06, 2008

BLOG DE FEBRERO: SALSA RETRO

Daniel Navarro Blog de febrero: Salsa Retro



Consideremos algunos hechos: La salsa surge a partir de la conjunción de tres elementos fundamentales a) una base musical extensa derivada de la época de las grandes bandas, con ejecutantes latinos de muy alto nivel en los Estados Unidos; b) la unión de elementos de gran educación e inspiración musical: Blades, Colón, Lavoe en voces, con Tite Curet Alonso y otros maestros en letra, composición y arreglos; c) la firma Fania All Stars, que pudo conglomerar voces y virtuosismo en una sola firma.

Básicamente puertorriqueña, la salsa pudo emerger de una manera similar al proceso que condujo a una extraordinaria creatividad en la música tradicional cubana. A través de la coincidencia de diversas micro culturas en un solo lugar, luchando en forma similar bajo condiciones adversas y de aislamiento, y con un elemento fundamental aglutinador del lenguaje: la raíz poética española. De esta manera, se gesta un fenómeno musical de gran complejidad que comprende muchos de nuestros países hispanoamericanos. Y sorprende.

Las labores creativas de un puñado de pioneros, con sus propios espejismos, tragedias, ilusiones y fuerza política, rebasaron los límites impuestos por condiciones musicales locales, e impulsaron un mensaje completo a nivel continental. Este mensaje pudo dar cabida a renacimiento y rescate de elementos culturales, la incorporación de la base poli-rítmica africana con la poli-tonalidad occidental, y al mismo tiempo abrigó una poética musical con fuerte carga de ópticas individuales, existenciales, filosóficas.

Salsa retro, es un conjunto de golpes en mi puerta (todo es puerta, basta le leve presión de un pensamiento, dice Octavio Paz en su “Salamandra”), cuyo sonido pongo a su consideración este mes de febrero, mes de carnavales, baile y mascaradas. Salsa retro: conjunto de ritmos afroantillanos, saliva de continentes que mutuamente se inseminan entre besos, décimas y reclamos de congas.






San Valentín
Si vivir es una casi amistad
que transforma inertes objetos
en rojo viento a dos voces,

(en casi camino desde tu piel a la mía);

porque vivo te escribo, me transformo
porque vivo aspiro a tu viento,
porque vivo andaré ese camino.

(Gracias por venir. Por vivir.)

Porque existo recuerdo tu espalda,
...que brevemente mostraste casi sin advertirlo.
Porque la palmera y el leopardo
...los atardeceres que siento en el abdomen.
son las rocas del Chichinautzin en mi jardín.

(¿Permitirás a mis ojos torvos y siniestros
recorrer el infinito rumbo
de tu pubis eterno?)



Este mes en el blog:
Salsa: Notas acerca de la forma y el fondo
Oleaje
Ángeles y demonios
El Chopo
Signo zodiacal




Obituario: descansa en paz, Andy Palacio, líder de la cultura garífuna. Te recuerdo.
(Los garífuna son los descendientes mestizos de indios arawak y esclavos negros que se dispersaron en Belice, Guatemala y Honduras.)





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SALSA: NOTAS ACERCA DE FORMA Y FONDO

Salsa: Notas acerca de forma y fondo
Daniel Navarro



Me he propuesto elaborar una serie de perspectivas a partir de mis limitados conocimientos en la historia de la música, y en la trayectoria de las danzas africanas en el Nuevo Mundo. Para ello, he tomado el caso de la salsa, ya que considero a esta música – danza, como una de las manifestaciones que alcanzaron la cúspide hacia fines del siglo pasado, y que en los albores de este milenio, representan uno de los puntales hacia la re-definición de la cultura latinoamericana. Observo temas de forma, y procuro llegar a las encrucijadas de fondo. En este texto incluyo aquellas formas musicales, lenguajes y ritmos que si bien no son salsa propiamente dicha, pienso que enriquecen el panorama del pensamiento creativo de nuestros pueblos.


Sóngoro cosongo de mamey / Sóngoro la negra baila bien
De acuerdo con Leymarie, los lenguajes básicos de la cultura cubana (y puertorriqueña, quizás deberíamos añadir) son: Bantú (básicamente de África central), y otras lenguas que se conjugan y vocablos sobreviven hasta la actualidad, particularmente aquellos relacionados con la religión.
A través de una occidentalización politonal y polirítmica, la salsa elude con frecuencia la religiosidad intrínseca en los ritmos de mayor afinidad africana tales como en los casos del son o más claramente del guaguancó. No obstante a través de las letras poéticas, la salsa permite alcanzar una dimensión profundamente nueva, sin dejar de evocar el pasado común. Su tridimensionalidad, las tres partes que componen una composición de salsa, abren un espacio muy amplio para la improvisación, la recolección de memorias, la abstracción en las ideas, la exhumación de los muertos. Una muestra es Sóngoro Cosongo, poesía que incluye Nicolás Guillén en su recolección bajo el mismo título. Un poema, desde luego, más desconozco qué fue primero, un canto tradicional (poesía anónima, digamos), posteriormente restaurada por Gillén. En tanto descubro la respuesta, compartamos a continuación la extensa versión de Héctor Lavoe.

Sóngoro Consongo
(Autor desconocido)
Voz e improvisación: Héctor Lavoe

¡Ay negra!
si tú supiera

que anoche te vi pasá 
y no quise que me viera.

A él tú le hará como a mí,
que cuando no tuve plata

te corriste de bachata sin acordarte de mí.

(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Sóngoro pregunta usté de qué, sóngoro le digo sóngoro que fue

Aé,
vengan a ve,
aé,
y a comprendé
Vengan, sóngoro cosongo,
sóngoro cosongo de mamey.
Vengan, sóngoro cosongo,
sóngoro cosongo de mamey.

Mi negrita a mí me dijo que me fuera pal batey

Songo,songo, sóngoro consongo songo de mamey
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
si quiere bailar, pues baila mami, que tú te mueve muy bien
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Ni a Teresa ñi a Tomasa ni a Teresa ñe Iñei
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Ay mírala cómo baila, pegadita de los hombres, tú ve
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)

Mírala como camina mima, su traje le queda bien
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
qué negrita perfilada, todos la quieren tener
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)

Chisón , chigón, chiri chiron chirón de mamey*
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Te lo digo en “jeringoza”, en español o en inglé

(Sóngoro pregunta usté de qué,
Sóngoro pregunta usté de qué)
(Sóngoro pregunta usté de qué,
Sóngoro pregunta usté de qué)

Tú me está volviendo loco y no me explico por qué
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Será como tú te mueve o será como te ve
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Un pasito para lante y devuélvete al revé
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Ay a mí me patina el coco cuando la veo oiga usté
(Sóngoro pregunta usté de qué)
(Sóngoro pregunta usté de qué)
(Sóngoro pregunta usté de qué)
(Sóngoro pregunta usté de qué)

Mira cómo baila Macorina, lo baila en un solo pie
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Y dejó el guiro en la casa, lo dejó a Bartolomé
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Tumbaíto mamá, tumbaíto tú vé, tumbaíto qué rico, mamacita tené
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Déjala que corra lejo, que un día yo la agarraré
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Sóngoro le digo, sóngoro que fue,
Sóngoro le digo, sóngoro que fue,
Sóngoro le digo, sóngoro que fue,
Sóngoro le digo, sóngoro que fue,
Sóngoro le digo, sóngoro que fue,

Dile mamacita, dile donde te encontré
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Cuénteme lo que está pasando en Bélgica que muy pronto lo veré
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Que viva la negra menta los negritos del batey
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)
Dime si entendiste el soro cosongo, si no lo entendiste lo repetiré
(Sóngoro cosongo de mamey, sóngoro la negra baila bien)


Existen varias versiones disponibles en Internet, no obstante, he tratado de capturar la esencia de la dicción de Lavoe tanto directamente de la grabación musical como del análisis de los pocos videos que sobreviven. Algunos versos adicionales improvisados por Lavoe son:

Ay mírala como camina
Tiene un traje mas arriba de las rodillas, aunque tiene las pata flaca muy bonita se le ven
Ay viene la negra que me rompe el coco, no digo su nombre pues no viene al caso
Yo la conocí en Bélgica por el puente de la sei*
Chisón chibón chirí sisón cuchirí chibón chisón*


* es una escrituración imperfecta, me es imposible discernir palabras y su significado.





Ritmo y fondo: educación
La escrituración de la salsa requirió de la notación tradicional tonal, así como de especificidades y adaptaciones para los ritmos africanos que difícilmente pueden ser cifrados en la escala tradicional occidental. La musicalización de Tite Curet Alonso es crucial en el desarrollo de la salsa, desafortunadamente, a pesar de los avances legislativos en materia de derechos de autor, la salsa es un género (al igual que los pertenecientes a ritmos denominados afroantillanos), no han podido reivindicar los derechos de música protegida por la ley. Curet, a pesar de su enorme abanico de ideas poéticas y musicales, no recibió la recompensa justa para un trabajo excepcional. Los compositores de bolero que pudieron hacer emerger proyectos musicales, si bien en forma incipiente, actualmente se encuentran integrados a las regulaciones de derechos de autor.



Mi vida, luna (Negra)
La salsa alcanza una expresión sublime a través de las voces de Héctor Lavoe, Willie Colón, Rubén Blades, la poesía puertorriqueña. En México se escucha a Alberto Barros (Colombia), Guaco (Venezuela), las actualizaciones de Alquimia. A continuación me permito llamar a Rey Ruiz con su propuesta elaborada, completa y redondeada en “Luna negra”. En cursivas el cantante acompañado del coro de voces de la orquesta. En esta interpretación me parece muy interesante la interacción música, percusiones, voces y crescendos rítmicos, con una distancia considerable de las raíces africanas.

Luna Negra
Autor: desconocido
Intérprete: Rey Ruiz

Me abandonaste cuando más falta tú me hacías
Y me borraste como a un sueño que se olvida

Ahora sé lo que siente en el dolor
Ahora sé que se sufre por amor

La soledad, ya se apodera de mis días
Y el pensamiento se me gasta con la vida

No sé si estoy libre de culpa o soy culpable
Si no es contigo, no seré nunca de nadie.

Y vi la luna negra y negras las estrellas
Cuando te vi partir
Y el consuelo ya no basta
¡Y qué no haría!

Y vi la luna negra, también mi vida negra
Al ver que te perdí
Pero queda la esperanza de otro mañana,
¡un día!

La soledad, ya se apodera de mis días
Y el pensamiento se me gasta con la vida

No sé si estoy libre de culpa o soy culpable
Si no es contigo, no seré nunca de nadie

Y vi la luna negra, y negras las estrellas
Cuando te vi partir, y el consuelo ya no basta,
¡Y qué no haría!

Y vi la luna negra, también mi vida negra
Al ver que te perdí
Pero queda la esperanza de otro mañana, ¡un día!

Y vi la luna negra, al ver que te perdí
Le falta luz a mis días, estoy a oscuras sin ti
Y vi la luna negra, al ver que te perdí
Y no sé si soy culpable o si estoy libre de culpa
Y vi la luna negra, al ver que te perdí
Y el consuelo ya no basta, sin ti mi vida (nena) ya no es vivir.

Y vi la luna negra (esa noche), al ver que te perdí
me dejaste alucinando y hasta hoy no me he curado
Y vi la luna negra (y mi vida también), al ver que te perdí
Y ahora sé lo que se siente en el dolor
Y vi la luna negra (como mis penas), al ver que te perdí
pero aun me queda la esperanza de ver la luna nueva junto a ti.



Diversidad y pop
Gloria Estefan contribuye en forma importante a través de su disco “Mi Tierra” en la actualización de la música cubano-puertorriqueña, en un escenario fuertemente dominado por música sajona en un país latinoamericano como lo es México. Asimismo, cunde como pólvora el mensaje suave y melódico de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez a través de la denominada Nueva Trova, un modo de comunicación fuertemente dependiente en la ejecución de la guitarra, y de complejos giros poéticos de mezclada naturaleza. A través de la breve conversación con Milanés en la Isla de Holbox, me pareció un artista en una calma que precedía a la tormenta. Su concierto en Cancún, a beneficio de la comunidad de esa isla me dejó ver una personalidad generosa.



Me lo dijeron las rosas: eres tú su libertad
La salsa es la occidentalización total de la cultura musical africana, y al mismo tiempo la africanización máxima de la cultura musical del siglo XX en occidente. No obstante, una cosa es decirla, y otra atestiguarla. Esta larga travesía inició hace siglos, con la mezcla creativa de fuentes africanas en la geografía antillana y en algunos selectos países del continente americano de habla hispana. Es dable reconocer que en el mundo de habla inglesa tal fenómeno también se manifestó en géneros musicales propios de la cultura norteamericana, particularmente blues, gospel, y por encima de todo: jazz. No obstante, y encuentro el parteaguas: la poética estuvo mucho más desarrollada en el horizonte hispano. Las letras, a través de la trova, ampliaron los espacios propiamente musicales, hacia horizontes derivados de décimas y otras peculiaridades de la escritura y poética española. Por ello traigo el recuerdo siguiente:

Estuve en el domicilio de un extroaordinario artista cubano, hace años: Pedro Luis Ferrer. En condiciones de período especial, la música floreció, en una parte de su casa estuve, en su estudio. Su genio me mantuvo en silencio, escuchando sus rincones vitales, acompañado de un coro gentil y educado. Repaso ahora su alegórica “Mariposa”. También recuerdo el pastel rosa que fue ofrecido a manera de celebración. Trova y fuerza, mensaje y esperanza. Poderío.

Mariposa
Autor: Pedro Luis Ferrer
Voz: Lena Ferrer

Mariposa me retoza la canción junto a la boca
Y tu imagen me provoca florar en ti mariposa
Un lamento me reposa como un mar de juramento
En tu figura yo encuentro la existencia de las flores
Porque perfecta en amores te siento como un lamento,
Porque perfecta en amores te siento como un lamento.

Mariposa cual llorosa canción que en ti se hace calma
Vienes calmándome el alma con tu volar, mariposa
La libertad de una rosa es vivir en la verdad
Yo sé que hay felicidad en cada flor que te posas
Me lo dijeron las rosas: eres tú su libertad,
Me lo dijeron las rosas, eres tú su libertad.

¡Ay mariposa!
Contigo el mundo se posa en la verdad del amor
Sé que en el mundo hay dolor, pero no es dolor el mundo,
Sé que en el mundo hay dolor, pero no es dolor el mundo.

Soy tu amigo soy testigo de cómo sin daño vives
Eres la paz, tú persigues al que te mata al amigo
En tu dulzura me abrigo y entrego mi mente pura
Así la vida me dura eternamente la vida,
Y no hay una sola herida que no detenga dulzura,
Y no hay una sola herida que no detenga dulzura.

Tu paz me llena, no hay pena que pueda acabar contigo
El amor es un amigo que trae paz y que te llena
Por mi aliento cada vena que por el cuerpo presiento
Es como un sol que no intento apagarlo con tristeza
Porque pierde la belleza del amor y del aliento,
Porque pierde la belleza del amor y del aliento.

¡Ay mariposa!
Contigo el mundo se posa en la verdad del amor
Sé que en el mundo hay dolor, pero no es dolor el mundo,
Sé que en el mundo hay dolor, pero no es dolor el mundo.



La salsa en México
Dentro de la geografía mexicana, la salsa esté mayormente representada en la ciudad de México así como en otros puntos de relevancia. Cancún es un enclave salsero de actualidad, probablemente asociado a la afluencia de cubanos. Asimismo, en términos de creatividad destaca el Puerto de Veracruz donde incluso hay grupos de fuerte ascendencia cubana y puertorriqueña que ejecutan música tradicional con sonidos y letras nuevas. En el caso de la Juventud Sonera, adquiere mayor relieve la adaptación de la letra original para fusionarse con la circunstancia jarocha. Las líneas de “Marieta” (original de Ibrahim Ferrer) son el ejemplo más claro.

Marieta
Ibrahim Ferrer
Versión jarocha de Juventud Sonera (Veracruz)


A mí me gusta que baile Marieta
Yo quiero conocer a Marieta
A mí me gusta que baile Marieta
Me han hablado bien de esa prieta
A mí me gusta que baile Marieta
Yo te voy a llevar con Marieta
A mí me gusta que baile Marieta

Marieta por un trabajo ay Dios Me cobra tres cuatro reales ay Dios
Marieta por un trabajo ay Dios Me cobra tres cuatro reales ay Dios
Mi vida no seas carera, ay Dios Yo puse los materiales

A mí me gusta que baile Marieta
Mira que bailando de nada se queja
A mí me gusta que baile Marieta
El pollo bailó con Marieta
A mí me gusta que baile Marieta
Vamoa baila con Marieta
A mí me gusta que baile Marieta

Marieta se fue a estudiar ay Dios En la escuela de la vida ay Dios
Esperanza no tenía ay Dios Sufrir era su cantar ay Dios
Por un hombre malnacido ay Dios Vivía en pena absoluta ay Dios
Y ahora que se ha recibido ay Dios Ella trabaja de p…lanta

A mí me gusta que baile Marieta
Dime tú en qué trabaja Marieta
A mí me gusta que baile Marieta
Si desafina te enseña la letra
A mí me gusta que baile Marieta
Camina por la noche Marieta
A mí me gusta que baile Marieta

Para cuando yo me muera ay Dios Mandé hacer ya dos cajones ay Dios
Para cuando yo me muera ay Dios Mandé hacer ya dos cajones ay Dios
Uno es paque eche mi cuerpo ay Dios El otro pa los millones ay Dios

A mí me gusta que baile Marieta
Es que son tremendo millone
A mí me gusta que baile Marieta
Que no me caben ni en lo pantalone
A mí me gusta que baile Marieta
Tantos millones con olor a bacalao
A mí me gusta que baile Marieta

A un niño de 15 año ay Dios Lo regañó su abuelita ay Dios
A un niño de 15 año ay Dios Lo regañó su abuelita ay Dios
Porque lo encontró en el baño ay Dios Jugando con Manuelita

A mí me gusta que baile Marieta
Le gustaba jugar a las canica
A mí me gusta que baile Marieta
Tángara mueve al hoyito mi agüita
A mí me gusta que baile Marieta
Chica tan chiquita cayuco y cayucón
A mí me gusta que baile Marieta

Yo vi alla en Playa Vicente ay Dios A la orilla de un arroyo ay Dios
Yo vi alla en Playa Vicente ay Dios A la orilla de un arroyo ay Dios
A una muchacha agachada ay Dios Echándose agua en la frente

A mí me gusta que baile Marieta
Santos y diablo pasaron por mi mente
A mí me gusta que baile Marieta
El agua se puso caliente
A mí me gusta que baile Marieta
Que no me fijo y me lavo lo diente
A mí me gusta que baile Marieta

Vamos a bailar con Marieta
Te voy a presentar con Marieta
Para que tú baile con Marieta
Te voy a llevar con Marieta
Vas a conocer con Marieta
Hoy tú vas a gozar con Marieta
Vas a cumbanchar con Marieta
Esa negra sí que aprieta con Marieta
Tú ya estás rumbeando con Marieta
Te la está gozando con Marieta
Juventud sonando con Marieta
Mira cómo lo mueve con Marieta
Cómo están bailando con Marieta
Y mi negra guaranchado con Marieta
Se llama Marieta con Marieta
Esa negra sí que aprieta con Marieta
… Con Marieta
… Con Marieta
… Con Marieta
… Con Marieta
… Con Marieta
… Con Marieta
… Con Marieta




En el baile, al menos en México, se sigue el sistema denominado “L.A.”, o sea, se adapta el baile de roncanroll a la salsa. Los sitios de ejecución de salsa son los de baile, y en las academias de bailes de salón, que se encuentran en ciudades medias y grandes. Estas academias de baile tienen en las tradicionales fiestas de quince años un modo de sobrevivencia fundamental, y a partir de ahí se preparan ejecuciones para todas las edades.

En las ciudades de México y Cancún son pilares de la ejecución de la salsa los lugares de nombre Mambo Café (el cual puede estar asociado a plazas comerciales de tipo Mall), Mamá Rumba y Azúcar. En estos establecimientos, la predominancia de la salsa colombiana es notable. Y no es para menos. La calidad y variedad, la estupenda musicalización y poesía coloca a la salsa colombiana como nuevo centro de diversificación musical y de elaboración de lo que podría ser la continuidad de la estirpe original puertorriqueña.

Con todo, la salsa en México es básicamente un ritmo importado de Puerto Rico, Cuba y Colombia primordialmente, con muy reducido aporte a la creatividad en el ámbito de la composición y ejecución de la salsa. La cumbia y la música grupera superan por mucho el relieve que la salsa ha alcanzado en todo el País. No hay diáspora. No encuentro la educación musical ni la raíz necesaria para que pueda efectivamente consolidarse un aporte mexicano a este género y expresión musical y corporal.

Políticamente hablando, el caso de la salsa y de la música cubana tienen trayectorias diferentes. Por un lado la usurpación absoluta del panorama musical local mexicano por parte de los ritmos cubanos, en los años cincuenta del siglo XX, la avasalladora presencia del danzón, mambo, son, y la germinación de la semilla del bolero, que en México se eleva a altitudes previamente insospechadas a través de Los Panchos, Los Tres Diamantes y muchos otros, La cultura local del bolero se hizo casi himno nacional en esos años.

Posteriormente, a partir de los años sesenta y setenta, la salsa, se incorporó a esta corriente, mezclándose en la categoría genérica de “música tropical”. La referencia obligada en México es la Sonora Santanera, la cual después de una larga trayectoria musical, ha visto pasar sus mejores años en el panorama nacional mexicano.

En esta perspectiva, no veo futuro en la manifestación mexicana de la salsa, al menos a corto plazo, y el crecimiento se muestra con tendencia negativa. No tengo números que puedan probar esta percepción, pero el constante crecimiento de otras formas de expresión cultural musical significan el abandono a la propuesta original de la salsa. Quizá las preocupaciones y dilemas planteados por la música grupera (por poner un ejemplo), sean de mayor relevancia y acercamiento popular para la mayoría de los mexicanos. En esa medida, y considerando que no existen preponderancias absolutas de ritmos en particular, y considerando las motivaciones de culturas latinas-sajonas, será interesante observar la evolución y potencial interacción social de pueblos migrantes de origen latino, hacia países de habla inglesa, y las continuas expresiones musicales.

A final de cuentas, la salsa es forma: es el producto de interacciones entre la historia, la religiosidad y de diásporas, la cúspide musical de una trayectoria histórica cargada de injusticias, esclavitud, reclamo, religión, exilio. Todo ello alrededor de una música que a golpes de bongó impone la alegría y felicidad sobre los momentos más siniestros de nuestra propia humanidad. Y eso es fondo.






Notas bibliográficas
Leymarie, Isabelle. 2003. La música cubana. Editorial Océano, S. L. Barcelona, España.96 pp.

Notas musicales y enlaces:
Mariposa: una versión en mp3 se encuentra libremente disponible al visitante en la página de Pedro Luis Ferrer. Es imprescindible escucharla, junto con El Romance de la Niña Mala, otra obra maestra.

Me ha enriquecido la charla con una gran cantidad de personas acerca de la salsa en México. Muchas gracias en especial a Vicente Hernández López por proporcionar su acervo de música salsa jarocha (del puerto de Veracruz y alrededores).







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OLEAJE

Oleaje
Daniel Navarro




El auto recorta el aire. El camino costero pocas veces es transitado. Ocasionalmente algunas personas descienden y se acurrucan en la orilla del mar. Los he visto con envidia hacerse el amor. A veces fantaseo con la idea absurda de que se convierten en esculturas de arena y el oleaje les marca el ritmo. Sin embargo, abandono esos pensamientos cuando alcanzo el punto del crepúsculo porque me da la impresión de que éste tiñe la piel de esos amantes que se hunden entre sus besos y promesas insondables de un futuro inexistente.
Aquella ocasión detuve mi auto. Me había invadido un irritante sentimiento de nostalgia. No había razón alguna. Estaba felizmente casado, o al menos así me lo había parecido hasta ese entonces. Había visto una pareja amarse y de rato, detuve mi auto. Descendí ya sin zapatos.
El pisar la arena solo acrecentó ese sentimiento vago de inestabilidad que me acometía de vez en vez. De ninguna manera existencialista, jamás leía mi horóscopo ni creía en otra cosa que no fuera la eficiencia laboral y administrativa. Mi modo estaba formando escuela en el complejo petroquímico para el cual trabajaba. Previsiblemente, mi actuar me colocó en una de las posiciones más envidiables de la estructura de la empresa. Entonces me parecía una enorme contradicción interna el por qué de ese recurrentemente sentimiento por algo que no lograba definir.
¿Había algo escrito? ¿Fue algo que escribiste tú? ¿Soy parte de tu historia?


dos
Me dirigí hacia el punto donde las orlas del mar se despliegan en arcos de burbujas como si lograran la ebullición instantánea. Estuve largo rato. Logré atisbar el primer instante cuando el sol parecía acelerar su descenso en el distante plano horizontal, y escabullirse en unos minutos, dejando una estela de colores que me ablandaron la memoria.
Te descubrí a no mucha distancia. Estabas en una silla de playa, cercana a esa cabaña donde algunas personas encendieron la luz. Tú ya me mirabas. Levantaste la mano en saludo. Caminé hacia ti.
La actividad en la cabaña continuaba. Por eso nos alejamos de rato, para charlar en más intimidad. Caminamos en la orilla del mar, y de pronto creí ver la silueta de cuerpos de amantes que no lograba distinguir. Yo procuraba esquivar la vista a esas figuras de arena. Me incomodaba tanta displicencia. Mas tú parecías divertida.
“Mira, somos nosotros...” me dijiste.
Entonces me fijé en los rasgos de los amantes y descubrí que efectivamente había cierto aire en una pareja que disfrutaba las caricias, ella montada sobre él. El rostro era parecido al nuestro, cubierto de arena y difuminado por la creciente escasez de luz.
Caminamos cada tarde por la misma senda y recurrentemente encontrábamos amantes en la orilla. Invariablemente me pedías que los mirara. Inevitablemente me hacía un vuelco el corazón cuando descubría que éramos nosotros amándonos. De rato, regresábamos a la cabaña donde proseguía la reunión, y volvías a tomar tu reclinada silla de playa, y quizás levantabas la mano en señal de despedida, cuando caminaba hacia mi auto. Manejaba descalzo el resto del trayecto, como un modo de continuar tu presencia por un rato, hasta el momento cuando alcanzaba la rutina de mi vida.
Descender, descubrirte una vez más, el saludo entre el aire, la caminata entre amantes en la arena, se convirtió en una obsesión. Me empecé a ausentar de mis actividades administrativas para refugiarme en la memoria de lo que había sucedido el día anterior, ansiando el reencuentro contigo una vez más. Ese sentimiento creciente alcanzó un grado tal que mi piel sintió por primera vez ese escalofrío de la ausencia. Los vellos se me erizaron cuando cruzó por mi mente la posibilidad de no encontrarte en la orilla, al lado de aquella cabaña donde ocurría noche a noche la misma reunión, los mismos asistentes.



tres
Mi trabajo resintió los cambios que ocurrían en mí. Algunas llamadas de atención, discretas y de alta jerarquía, no me hicieron volver a la concentración que mi actividad demandaba. Estaba consciente de que mi actividad era crucial para mantener los niveles de seguridad en la destilación y refinación de productos de alto valor en el mercado internacional. A pesar de que mi cuerpo tenía una equis inscrita dentro de aquel organigrama de flujos de capital, al crepúsculo salía disparado hacia un auto que recortaba el aire en un camino costero, apartado.
Al descender la tarde, revivía con alivio la escena de tu saludo. Invariablemente te buscaba y ya me estabas mirando. Nunca entendí eso, mas no me preocupó demasiado. Lo que deseaba era verte. Cada vez con mayor intensidad. Tocarte, acariciarte. Por eso, cuando nos transformamos tú y yo en estatuas de arena, movimos la intensidad del oleaje. Tus manos me recorrieron el cuerpo y sentí tus palmas, besé tus senos cubiertos de arena. Tus labios sobre mi pecho, tu llamado en voz baja, los ojos entrecerrados. Tu gemir, tu respirar en tajos. El abrazo posesivo, el volar montado en las alas abiertas de tus piernas. Ascender a las nubes púrpuras. Deslizarse con fuerza entre tus besos y volver a ser aquello que nunca fui. Me regresaste a un tiempo que nunca había ocurrido.
Cuando inscribimos una depresión en la arena con nuestros cuerpos semihundidos entre el perfil de la noche, escuché tu voz por primera vez diciendo que me amabas. Te miré con una emoción que creía inexistente en mí. No pude evitar una sonrisa de posesión, de felicidad extrema. Te besé y te dije que también te amaba. Nos acariciamos en una forma que el oleaje marcó ritmo... entendí la causa de la marea diurna y nocturna.
Así nos amamos con una intensidad que resultó en proporción inversa al desempeño de mi actividad. Las cosas empeoraron día a día en la empresa. Al mes se consideró una junta de ejecutivos que fue pospuesta sólo una semana. El color de mis ojos había cambiado. Mi piel se tornó granulosa al principio en forma imperceptible. Posteriormente fue la sensación completa, particularmente a la hora de tomar el baño. Me humedecía en forma diferente.
No podría describirlo, pero la necesidad de ti era demasiado poderosa entre el agua.
En cada ocasión, al acercarme al punto de encuentro, tras recorrer ese camino costero donde poco tránsito existe, mis sentimientos se afinaban, como instrumento musical con cuerdas tensas en el nivel armónico. Una vez más descendí del auto, ya sin calzado. Caminamos como cada atardecer y poco a poco poblamos la orilla con nuestros cuerpos de arena. Cuando vi a aquellos amantes la primera vez y me dijiste que éramos nosotros, no lo creí. Conforme nos amamos cada noche, el número de amantes se incrementó y efectivamente recordaba que éramos nosotros amándonos en las noches anteriores. De alguna forma, la arena recordaba nuestros cuerpos y podíamos distinguirlos mientras caminábamos.



cuatro
Cada noche hicimos marea, oleaje espeso. Cada noche tejimos suspiros como pegamento a la arena y construimos nuestra propia historia. Entonces sucedió algo que no esperaba. Me pediste que me quedara contigo. Amanecer, mirar la luz del nuevo día.
Me pediste abandonar todo.
Mi cuerpo te contestó inmediatamente que sí. Parecía que todos los cuerpos en la orilla suspendieron su amarse y pusieron atención a lo que transcurría entre nosotros. Te tomé entre mis brazos y nos fundimos junto con el resto de las estrellas y las nubes.
Amar fue tu enseñanza. Tu mirada alegre, tu retozar, ascender, dejarse ir en picada como pelícano bajo la superficie del mar.
No he regresado desde entonces.
Soy uno más de esos amantes que pueblan la orilla del mar. Cuando amanece, nuestras pieles se resecan y nos hundimos bajo la superficie de la arena. Cuando anochece, emergemos y somos una escultura que se ama incansablemente. Caminamos en la orilla junto con la multitud de otros amantes.
Sabía que ya no éramos visibles ante los demás. Lo sé porque una vez un amigo me consideró demente cuando le traté de explicar lo que me sucedía. Nunca vio nada mas que la orilla del mar y el oleaje tal cual. Nunca distinguió la multitud de cuerpos.
Ahora sé que es irrelevante si nos miran o no. Estamos tú y yo. Juntos caminamos esta orilla y nos sentamos en nuestras sillas de playa, que reclinamos para ver el atardecer. Miramos el descender amoroso de un astro buscando el mar, desaparecer igual que nosotros, bajo la piel de la arena. Amándonos.



cinco
Vemos los autos recortar el aire. Miramos a los seres ocupados en sus asuntos. Algunos de ellos ocasionalmente descienden y caminan con zapatos. “Esa fue la diferencia” me explicaste una vez. “Tú dejaste el calzado en el auto...” y ante la mirada de incredulidad de mi parte, me dijiste que sabías que me quedaría desde el momento en que decidí caminar descalzo en la arena.
“Viniste a verme.”
“Sí, vine a quedarme contigo.”
Una noche de julio, muchos meses después, una grúa se acercó. Enganchó el auto que había sido reportado Abandonado. Te dije con voz baja al oído: “Sí. Vine a quedarme contigo” y te miré fascinado, perdido entre tu cabellera, con nuestros cuerpos cubiertos de arena.
Mientras arrastraban el auto, los operadores de la grúa momentáneamente dirigieron su vista y no vieron otra cosa que una playa desierta.
Una playa desiert_.
Una _lay_ _es_er__.
_n_ __a __s___.
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LOS ANGELES Y DEMONIOS DE DAN BROWN

Los Angeles y Demonios de Dan Brown
Un Ensayo
por Daniel Navarro



“Siempre hay un comienzo que debe inducir al error, un comienzo frío, científico, incluso irónico, intencionadamente situado en primer plano, intencionadamente demorado”. Así se lee en “Ecce Homo”, la obra póstuma de Frederich Nietzsche (1), publicada ocho años después de su muerte, y en donde se invita a una reflexión acerca de su propia vida. Sus palabras me parecen una clara exposición de un método peculiar. Prosigo la lectura:

“Poco a poco, más agitación; relámpagos aislados; desde lejos se hacen oír con un sordo gruñido verdades muy desagradables, hasta que finalmente se alcanza un tempo feroce, en el que todo empuja hacia adelante con enorme tensión. Al final, cada una de las veces, entre detonaciones completamente horribles, una nueva verdad se hace visible entre espesas nubes.”
Esta descripción me parece apropiada para utilizarla como hilo conductor en el análisis de una obra literaria que muestra una tendencia creciente a constituirse una más en la lista de éxitos mercantiles del escritor norteamericano Don Brown, ¿Me permitiría Nietzsche utilizar su esquema para analizar la obra de Brown? Me refiero en particular al título “Angels and Demons”(2)

La historia inicia con el asesinato de un científico descubridor de métodos que permiten la creación y manipulación de antimateria en ambientes controlados. Dicha sustancia tiene el potencial de convertirse en una arma letal y la novela gira en torno a que dicha sustancia es sustraída de las condiciones de laboratorio con fines malévolos. La historia inicia con seriedad las condiciones iniciales y puedo decir que el comienzo frío, científico del que habla Nietzsche se cumple cabalmente. La historia es ajustada a los cánones del conocimiento sobre la física de partículas elementales.

No obstante, el carácter de un homicidio que posteriormente se convierte en una cadena de asesinatos provoca de inmediato que se genere un sentimiento de fastidio, el cual Brown en forma comedida va construyendo con laboriosidad. Sobre un sentimiento detectivesco que raya en el aburrimiento, el héroe llamado John Langon, de nacionalidad norteamericana, va resolviendo una serie de acertijos absolutamente prefabricados y que en poco contribuyen a la fluidez de la historia.
Debido a que la “bomba” de antimateria tiene como objetivo hacer desaparecer al Vaticano del mapa, y también al hecho de que quien se adjudica el robo y los asesinatos es una organización medieval asociada a los masones y a los científicos (denominados Illuminati), la historia presenta un revoltijo de caracteres que pronto se torna en una masa informe de nombres y estructuras romanas. El escenario transcurre casi en su totalidad en El Vaticano, ese diminuto país que subsiste como un anacronismo en la geografía del poder. Es imperativo anotar que el detalle del escrito de Brown palidece cuando es comparado con el magistral texto de Alejo Carpentier (similarmente localizado en el recinto papal); me refiero naturalmente a su título “El Arpa y la Sombra” 3)

Al alcanzar la mitad del libro, la historia se ha caído; sin llegar a la cúspide, iniciamos el descenso. El desenlace todavía no se presenta y la lectura inicia una andanza por tierras fangosas. El tempo feroce se pierde en una serie de personajes que poco contribuyen a la historia (un periodista y una camarógrafa de la BBC, por ejemplo). Sin omitir la enorme cantidad de nombres comerciales que aparecen en forma quizás gratuita dentro del texto.

Considerando que la totalidad de la novela transcurre en un período de 24 horas, el final es inesperado, no tanto por los méritos del escritor por conducir al lector por la senda inteligente, sino por lo artificial y poco creíble del desenvolvimiento. La revelación final toma un par de hojas e incluye al héroe con tintes de invencibilidad, saltando desde un helicóptero a grandes alturas, sin que se produzca una magulladura.

La candidez del escritor lo empuja a escribir en la última parte, en la revelación final del escrito, aquella profunda creencia salvadora de toda una Nación que se asigna a sí misma esta tarea:

“God had found a way. The Camerlengo even understood now why Robert Langdon had been saved. It was to bring the truth. To compel this ending.
“This was the sole path to the church’s salvation!” 4)
Dios salva al héroe para que salve al Vaticano, a la Iglesia Católica, de un acto demente y destructivo de uno de sus propios elementos. El autor presenta un punto de vista sumamente provinciano y regionalista que hace difícil de entender el fenómeno de masas que sus escritos han generado. En el Código de Da Vinci, el mismo personaje continúa sus nuevas aventuras de acertijos y mundos medievales.

Al final cierro la novela y la acomodo en uno de los espacios de un librero atestado. Me queda el sentimiento de que hay demasiadas baratijas acomodadas en mi estante. Afortunadamente, sobre mi escritorio continúan Carpentier, Borges, Rulfo, Paz.

Alguna vez he pensado que el futuro de la literatura difícilmente se podrá generar en el mundo de la lengua inglesa norteamericana. Las enormes innovaciones las he visto brillar en espléndidas obras escritas originalmente en lengua española. Por supuesto que dicha opinión puede ser falsa. Es posible que haya elegido un mal libro para iniciar esta serie de ensayos. Es posible que esté completamente equivocado, lo admito.
Pero también es posible que esté en lo correcto.



Notas
1) Fiedrich Nietzsche. “Ecce Homo”. Obra póstuma, publicada originalmente en 1908; Grupo Editorial Tomo, SA de CV, México D.F., Edición septiembre de 2003.
2) “Angels & Demons”, por Dan Brown. Pocket Stars Books, U.S.A. La primera edición en pasta dura apareció en el año 2001 y la versión que he estudiado es la de bolsillo, cuya fecha de impresión es julio de 2001. Consta de 572 páginas numeradas, más 20 sin número y dedicadas a presentar un avance del título “Deception Point” del mismo autor. Desconozco si la versión ha sido traducida al español.
3) El tíítulo previo “El Código de Da Vinci” ha registrado extraordinarias ventas y se le identifica en la lista de best sellers.
4) Alejo Carpentier. “El Arpa y la Sombra”
5) Una traducción aproximada es: “Dios había encontrado la manera. El Chambelán del Papa aún lograba entender el por qué Robert Langdon había sido salvado. Era para traer la verdad, para lograr este final.
Este era el único camino para lograr la salvación de la iglesia.”






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EL CHOPO

El Chopo
Daniel Navarro


Para Danielle


Despertó. Todavía con sus brazos rodeándola, se deslizó de la cama sin hacer demasiados movimientos. Se levantó y rápidamente estuvo lista para salir. Su largo cabello brillaba en la semioscuridad de la diminuta habitación de aquella cuartería en la Colonia Guerrero. Se puso su ropa negra, eligiendo cuidadosamente el sombrero y el abrigo. Coordinaban con su gótico maquillaje oscuro alrededor de los ojos, el lápiz labial y sus uñas cuidadosamente esmaltadas... de negro también.
Alcanzó la puerta y cerró con llave el pasador. Amanecía en la ciudad de México. Se encaminó en dirección a la estación del metro y al bajar las empinadas escaleras constató que únicamente los de siempre estaban presentes y activos a esas horas: los trabajadores de limpieza y los parias. El tren subterráneo se deslizó fantasmalmente y frenó abruptamente al llegar a la estación, liberando un ligero olor a caucho. Las dos puertas de la entrada frente a ella se movieron en sentidos opuestos... “así es mi vida...” pensó al entrar. Posteriormente tomó uno de los asientos de plástico rígido de color verde que habían sustituido a los originales tapizados con un azul francés.

(Tres horas después). En el cuartucho, el Gusano se levantó con una pereza acumulada. Apenas notó que su compañía de la noche anterior ya no se encontraba. Su espesa pelambre se tejía casi automáticamente merced a prolongados períodos estivales. Buscó entre ropa tirada en el piso y se volvió a poner la misma muda que con ese día cumplía la semana exacta.

(Cinco horas después). La clase había terminado. La Universidad Anáhuac era un refinado ambiente al que sus padres habían aspirado a que perteneciera desde aquellos tiempos cuando de niña cursara todas sus materias en el sistema de los Legionarios de Cristo. Detestaba la superficialidad de sus compañeros, pero la clase de Economía le resultaba atractiva, particularmente porque le daba elementos para continuar con el estilo de vida dark que ahora había elegido.

(Cinco horas después). Casi las cuatro de la tarde de un viernes de quincena. La hora pico era una rebuscada forma de anticipar la compacta masa humana que envuelta en una serpiente de metal anaranjada se deslizaba por túneles debajo de la tierra. Algunas de esas estaciones fueron construidas en la superficie y otras pocas en un sistema elevado... cuando emergían en esas estaciones era como renacer, respirar un poco de aire fresco. No obstante, la Línea 3 no tenía esas características y todo el trayecto era claustrofóbico. Estaba apretujada y no había forma de hacerse a un lado. Tocaba y era tocada irremisiblemente, sin pudor. Por ahora lo único en que pensaba era en llegar a la casa donde se encontraban sus padres y poner las cosas en claro.

(Seis horas después). Llegué a casa. Había sido una larga y tediosa tarde de políticos que deseaban irse al Platinum a disfrutar como recompensa por una semana agobiante. Te vi tirada en el sofá...
--¿Ya vas a regresar? –pregunté cuando me acerqué para darte un beso. Al ver tus ojos rojos te reclamé--: ¿Fumaste marihuana?
--¡Qué te importa!, además no contaminé “tu” casa –me contestaste con desprecio--. Qué milagro que llegas temprano... corrijo: ¡qué milagro que llegas!, punto.
Cansado de ese largo, profundo e insalvable abismo, no tuve fuerzas para lanzarte por enésima vez la prohibición de consumir drogas... era imposible que me escucharas. Tu ira continuó por largo rato, particularmente cuando me reclamaste que tuviera bajo constante vigilancia a tu pareja. ¡Desgraciado malviviente!
--Qué poca madre tienes, papá –me dijiste--. Me sigues acosando... ¿Qué te crees? Vengo a pedirte por última vez que te abstengas de acercarte al Chopo. Ahí seguiré, ¿me entiendes? Tú puedes pensar lo que quieras, para mí ese lugar es lo único que tiene claridad en este pinche país.
Se cerró la conversación después de las amenazas que de mi boca surgieron como una medida para retenerte. Eran mi última carta.

(Tres horas después). Justo antes de cerrar las estaciones, ella se apresuró para cruzar el torniquete mecánico y alcanzar el último tren de esa noche. Corrió y vio cuando se cerraban las puertas. Posteriormente desapareció el metro en la profundidad del túnel.

(Nueve horas después). La muchedumbre en el rumbo conocido como el Chopo, por la cercanía con el Museo del mismo nombre, concentraba profundas y diversas tendencias filosóficas y existenciales. Amalgamando un mar de vivencias con sonidos estridentes, las voces buscaban hacerse escuchar en medio del ruido del resto de una sociedad que irremisiblemente se desmoronaba sin futuro. Los artistas sin acceso a salas y foros usaban la calle como galería. Algunos rebeldes (jóvenes y viejos) se agrupaban en bandas: los punk desfilaban luciendo sus coloridos arreglos. Junto a ellos apenas sobrevivían los grunge sumidos en sus propios dilemas depresivos, y los remanentes de los hippies intercambiaban objetos con los Hare Krshna . Retrasado, el Gusano, un ex hippie decepcionado a un grado superior al punto sin retorno , inició operaciones en ese tianguis, vendiendo objetos de piel y metal.

(Media hora después). Un señor vestido de negro y con gafas caminaba de prisa, abriéndose paso. Llevaba la fotografía de una jovencita. Preguntó en varios locales. En uno de ellos alguien le prestó atención, se acercó y le explicó detalles. El informante, un hombre extremadamente flaco y con una corona de estambre con los colores de la bandera jamaiquina, levantó la mano apuntando en una dirección cuadras más abajo. El señor agradeció sin dar recompensa económica. Recorrió con decisión la distancia que lo separaba del objetivo. Miró a las personas que se encontraban en ese momento en ese tianguis, donde se veían las ofertas más inverosímiles de productos excéntricos.

(Dos horas después). La policía se acercó:
--¡A ver, cabrones! A un lado, abran paso a la autoridad.
Los curiosos no prestaron demasiada atención, por lo que el uniformado empujó sin miramientos para alcanzar a mirar a la persona tirada en el piso. Se acercó y mentalmente tomó datos de la persona. Aparentemente estaba inerte. Al darse de cuenta tomó el radio que portaba en la cintura junto a la cachiporra y llamó a sus oficinas.

(Media hora después). El cuerpo fue trasladado en una ambulancia. Era el cadáver de un hombre de mediana edad, no demasiado atlético. El sitio fue cubierto por otros de su misma profesión, inspeccionando con detalle cada puesto a lo largo de las calles.

(Quince minutos después). Ella se peinaba y se probaba el sombrero. La belleza de su rostro se realzaba con el maquillaje de aplicaciones oscuras alrededor de los ojos y en los labios.

(Tres minutos después). “Faltan tres minutos” pensó al ver el reloj. Ya debería estar aquí...tenemos que ir a la venta...

(Ahora). Abre con su llave y el Gusano apresuradamente entra al cuchitril.
--Vámonos, pícale –le dice mientras nerviosamente junta algunas pertenencias y paquetes en su mochila de campismo. Ella reconoció la urgencia y colaboró. Mientras, él le explicaba a grandes rasgos:
--El Jamaiquino distrajo al guarura mandándolo hacia otro puesto y me dio el aviso. Cuando se dio cuenta del engaño, el tipo se puso furioso y arremetió contra los punks. Esos cabrones no se andan con cosas y le hundieron el picahielo. Todo eso gracias a tu jefe...
--¡Qué poca madre tiene mi padre! –dice ella mientras, corriendo, abandonan el lugar.

(Mañana). Un comentario marginal en las noticias por televisión de un canal. En los otros, nada. Después abriré el periódico para cerciorarme de que la noticia del asesinato del agente de seguridad personal involucre solamente a Jaime Segura, alias El Gusano. Leeré los detalles. Hablaré por teléfono y me informarán:
“...sí señor, seguimos peinando la zona a partir de la calle Aldama...”
“...no, de ella no se sabe nada...”
“...pierda cuidado, señor, así se hará. Yo mismo me encargo...”
Recordaré aquellos tiempos cuando querías ir al Museo del Chopo a ver las “pulgas vestidas”, los anaqueles llenos de huesos de mamut y otras estupideces que imantaban tu curiosidad de niña. Por supuesto que no fuimos. Mejor te compré un libro porque el edificio parecía el cascarón retorcido de alguna iglesia alemana, tan detestable... repugnante.

(Miércoles). Llamaré por teléfono al Departamento Escolar, notificando que estás enferma y que por eso no irás a la universidad. Me sorprenderé de saber que continúas asistiendo.

(Domingo). Transcurrirá una semana y un día del diluido incidente en el Chopo. A diferencia de otras ocasiones, esta vez la noche en el Platinum Men’s Club habrá estado pesada. Quizás porque las cosas no me saldrán del todo bien, pero en la política y el poder hay que tener paciencia. Las andanzas tienen sus vericuetos. “El poder político, mi amante y rejuvenecedor elíxir...”
Con una leve jaqueca, me encaminaré a mi estudio. Todavía con los pensamientos de las sesiones de ayer, “...izquierdistas de mierda...”, disfrutaré la luz que entrará por los ventanales y el valle de México se perfilará majestuoso. El periférico allá abajo seguirá con su movimiento incesante.
Después de prepararme un whisky para sobrellevar la mañana, y todavía con la bata de dormir, prenderé la televisión. No la miraré más que por unos minutos.
Abriré ese libro que se encuentra en la mesa de centro. Miraré su título “Museo del Chopo” y como quien observa desde un cristal, aquella ilustración de las “pulgas vestidas” me seguirá pareciendo despreciable.
“Además, ya ni siquiera existen esas pinches pulgas, ahora no sé qué pendejada de exposiciones de arte montaron en ese edificio” pensaré y cerraré el libro.
Rebosando de tedio, apuraré el último sorbo.

Procurando apagar mis sentimientos, iré a prepararme otra copa.








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SIGNO ZODIACAL

Signo Zodiacal
Daniel Navarro




Acuario
Sinceramente, el estar aquí me provoca un miedo incesante. ¿Qué será? ¿Vendrás a la cita que nos hicimos hace tanto tiempo? Han transcurrido diez años desde la última vez que nos vimos. Busco un tema para silbar y que me permita reducir mis nervios, porque ¡el reloj avanza tan lentamente!

Estoy en esta ciudad sin atreverme a entrar a la pequeña cafetería donde alguna vez nos hicimos un mutuo juramento para regresar y acudir a una cita que se cumple precisamente hoy, jueves de medio otoño, dentro de quince minutos. Como en todas las historias de amor, algo sucedió con nuestros sueños. En aquel entonces, te pedí que te quedaras conmigo, acompañarme a enfrentar lo que se nos precipitaba en nuestro horizonte. Tu respuesta se me perdió entre un acceso de tos que no pude controlar. Nervios y decepción escondidos tras el pretexto: disimular el cataclismo, que me nubló repentinamente los ojos. No se me ocurrió que podía haber reído y lograr el mismo efecto... sólo se me ocurrió el resfriado. Creo que salí airoso entonces, pues la despedida se diluyó entre recomendaciones para el invierno que se avecinaba, el nombre de un jarabe y una despedida interminable. Fue entonces cuando acordamos precisamente que nos reuniríamos independientemente de lo que sucediera en nuestras vidas. Como parte del acuerdo, y a pesar de la terquedad propia de mi signo zodiacal, me abstuve de llamarte durante todos estos años. Creo que ambos decidimos probar si el amor de aquel entonces que nos parecía eterno, resistiría la prueba de una década.

Unos instantes más y finalmente entraré a la pequeña cafetería. Recorreré con la mirada a las personas que ocupan las mesas. Una de ellas será precisamente la tuya. ¡Ahí estarás! Mas tu presencia se me escurrirá entre los muros y los clientes. ¡No me habrás reconocido! Posiblemente porque justo en el momento, otras dos personas lo harán y me perderé entre el bullicio. Oculto, no depositaré mi vista más allá de un encuentro incidental con tu perfil para no hacer más evidente mi presencia, y ocuparé un lugar apartado desde el cual podré verte. Sí, notablemente madura ahora. Concluiré que sigues siendo una mujer hermosa. ¿Portarás el camafeo rosa que alguna vez te le regalé?


Capricornio
Su vestido era elegante, en rosa. Su cabellera larga adornada con algunas flores. Ella en apariencia inerme, a él le aquejó la duda. ¿Por qué no lo habría reconocido? A la distancia, el hombre maduro ordenó un café a un mesero quien distraídamente registró la orden. Un ejército de nuevos clientes parecía haber arribado y se armó un caos con las sillas y las mesas. La pareja que entrara junto con el señor al café –y que le permitiera un cierto estado de anonimato--, permanecía en una esquina no demasiado lejana. Esa mesa resaltaba: era en la única donde se derramaban besos. El hombre fingía leer un periódico, pero mantenía una discreta insistencia sobre esa pareja: las caricias reiteradas le recordaron de alguna manera aquella ocasión cuando habían sido jóvenes. Y la busco nuevamente con la mirada. Su cuerpo había adquirido redondeces más pronunciadas.
En ese entonces algo sucedió. Quizás la casualidad, su vista retomó un cauce perdido y entre los cuerpos, el ajetreo de los meseros, y el sonido de las charlas que alegremente se reflejaron en las paredes, se topó con sus ojos.
Nervioso, tomó un sorbo del café que me habían servido y sintió renacer aquel amor que una vez le profesara a esa mujer de ojos castaños que miraba con intensidad. Un instante después, sin reparar en la mirada, ella levantó la mano para llamar al mesero.

La puerta se cerró y con ella se fue una cita a la que acudieron sin precisar exactamente lo que esperaban. “Él no me ha reconocido”, pensó ella.


Géminis
Sin saber qué hacer, me abstendré de levantarme de la diminuta silla. El ajetreo poco a poco disminuirá y los ruidos se tornarán quietos murmullos conforme transcurra la noche. Al filo de la madrugada, únicamente algunos esporádicos clientes nos aferraremos al humo de los cigarrillos. Entonces decidiré suspender el letargo y pediré mi cuenta. Saldré al aire de la madrugada que me recibirá y me recorrerá un sentimiento extraño. “Dicen que las promesas de amor nunca mueren” recuerdo ese dicho y concluyo que si es verdad, entonces mi promesa seguramente estará en boca de otros amantes. Quizás en los labios de aquella pareja que evidentemente se ama con tanta intensidad y que se adelanta a mis pasos cuando busco la entrada.


Piscis
Entró al lugar. “Una promesa de amor es como un ave que..” se repitió incesante. Ella ya estaba ahí. Una señora con piel arrugada de durazno envejecido. Su deslavado atuendo rosa excesivamente marcado por puntadas y costuras reiteradas, y un camafeo de cristal pulido que adornaba su cuello. Él sonrió. Ella se llenó de juventud. Ambos ocuparon la silla que era la única que derramaba besos en ese paraje desolado y sombrío. Un café en medio de la nada. Un sitio de apenas cobertizo de paja sostenido por paredes de adobe. La débil iluminación cayó con el atardecer y la luna les suspendió el universo en una noche de Venus. Entonces el Zodíaco detuvo su incesante búsqueda del inicio de los tiempos.







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Acerca de mí

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Cancún, Mexico
Escritor y Naturalista. Licenciado en Biología por la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios en Texas A&M University Campus Kingsville y The University of Florida.