domingo, diciembre 04, 2005

Michele Moreno: Artista Invitada





Me enorgullece la participación de Michele Moreno quien ha sido reconocida como una de las máximas exponentes de las letras cancunenses. Su personaje La Correísta ha desarrollado una extensa, dinámica y original manera de promover la poesía y la cultura caribeña. Sus intensos ojos verdes vieron la luz por primera vez en Mérida, Yucatán, México. Ha publicado Sin Septiembre (Presagios, 1999), un manojo de textos nostálgicos y actualmente prepara un nuevo libro.

De sus publicaciones en el periódico Voz del Caribe, extraigo la siguiente:


Sobre la lluvia
Michele Moreno


Nada sucede dos veces
Ni va a suceder, por eso
Sin experiencia nacemos,
Sin rutina moriremos.

Wislawa Szymborska



Nos conocimos cuando yo era una niña y me decían Xuxu, y él era un adolescente que miraba pasar los trenes cerca de su casa. A mí me gustaban sus historias de locomotoras y de aquella prima que una vez bailó con él en forma provocativa. Así yo le hablaba de esa forma mía de pegar los labios al hielo, imaginando cómo sería un beso en la boca; él me describía cómo su padre trabajaba colgado en altos postes. Yo, de mis viajes interiores; él, de sus peligrosas excursiones de universitario. Él sabía volar.
Al cabo de los años, entonces las historias cambiaron. Él se fue a vivir un poco más lejos. Sin embargo, algo se mantenía: cada cierto tiempo yo recibía una flor diferente cada vez, con una descripción encantada de la misma. Eran flores poderosas con varios caminos y sortilegios. Llenaban.

No es lo mismo ningún día
No hay dos noches parecidas,
Igual mirada en los ojos,
Dos besos que se repitan


Poco a poco se hizo más grande la distancia. No más flores. Ni palabras. Y entonces cuánto lo extrañé. Mas respeté su silencio, aunque nunca lo entendí.
Hace más o menos un año lo encontré en un estacionamiento y platicamos por algunos minutos, ya que la lluvia empezaba a arreciar. Así que cada uno corrió hacia su automóvil. Cuando ya estábamos lejos uno del otro, le grité: "Tengo que escribir algo para mañana, ¿de qué escribo?", a lo que él respondió también con un grito: "Escribe sobre la lluvia". Y nos alejamos otra vez. Jamás escribí sobre la lluvia, es verdad. No la sentí.

Anoche, ocurrió una de esas noches en las que uno piensa que ya todo está perdido. Por alguna extraña razón me sentí derrotada. Problemas por todos lados. Deshorizontes que de pronto se le atraviesan a una en el camino. Con una presoledad cruzada en mi vida, tal como aceituna sobre martini seco, me detuve en un cibercafé a imprimir ciertas cosas urgentes, y, mágicamente, encontré un mensaje de mi amigo. Eran sólo cuatro palabras: "Nunca me he ido". ¿Nunca te has ido, desgraciado?, fue lo primero que pensé. Aun así, me cambiaron los colores desde los ojos hacia el mundo. Como era tarde para acudir a un parque (hay parques sumamente comprensivos), me subí al techo de mi casa a fumar un cigarro con las estrellas. Y estuve dilucidando en dónde nos quedamos…

Nos quedamos en que yo me fui. No lo recordaba. No de forma física, sino de la que sí duele. Me fui en esencia, y me fui muy lejos. Atando cabos, me di cuenta de que lo que sé de mi amigo últimamente ha sido a través de los que anteriormente fueron mis amigos cercanos, mas no suyos. Es decir, me fui de todos. Pero él los fue conociendo, se fue acercando a esas voces y vidas que yo antes le describía. Es verdad, en cierta forma nunca se fue.

Ayer mientras que tu nombre
en voz alta pronunciaba
sentí como si una rosa
cayera por la ventana.


A veces creemos que son los demás los que abandonan. Los que se van. Y no nos damos cuenta de que fuimos nosotros quienes de alguna manera abrimos la puerta. Así nos vamos quedando solos, y no nos damos cuenta, hasta que una noche "ocurre el descubrimiento de la sombra". Y creo que hay que reconocerlo y aceptarlo como samurai. No sé si vuelva un día a encontrar una flor en la puerta de mi casa, pero quise escribir esto como un homenaje, como un recuerdo, sólo como un color de tarde de flamencos atravesando el cielo… …

Vuelvo la cara hacia el muro
¿Rosa? ¿Cómo es la rosa?
¿Cómo una flor o una piedra?


Aquí está tu lluvia, amigo querido. No hay gotas más gotas que la vida sin flor. No hay lluvia más lluvia que nombrar tu sonrisa.
Tan lejos.
Llueva pues tu ausencia.




Notas:
Xuxu se pronuncia shushu. La letra equis en lengua maya siempre es sh.
Michele Moreno: feliciana13@yahoo.com

2 comentarios:

Animala dijo...

Es bueno encontrar gente que se preocupa por la flora y fauna, en este caso fauna.
Saludos desde Chile

danielnavarro dijo...

Recuerdo alguna vez a un entusiasta naturalista chileno determinado a contribuir con la conservación de las montañas andinas del Payne, muy al sur. Me enseñó fotografías y quedé maravillado. A veces entro a internet para investigar sobre el resultado de esas labores, y ahora que veo que se conservan tan valiosos ecosistemas chilenos, no dejo de sentirme feliz de las actividades que se desarrollan en tu patria. Gracias por escribir.

Acerca de mí

Mi foto
Cancún, Mexico
Escritor y Naturalista. Licenciado en Biología por la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios en Texas A&M University Campus Kingsville y The University of Florida.