jueves, septiembre 18, 2008

RAPSODIA SOBRE UN TEMA DE PIZARNIK

Rapsodia sobre un tema de Pizarnik
Daniel Navarro





Probablemente he sido poeta, mentor de aprendices de idiomas que no se usan más. Acaso he andado algunas calles sin rumbo fijo. No lo recuerdo. Si Usted me pregunta, podría inventar una respuesta. La verdad no lo sé.

Alguien me dijo que me amó en otra vida. Quizás tenga elementos para reconocerme. Yo no puedo pensar en algo que no sea aquella ocasión en un parque, cuando un payaso me invitó al centro. (¿Debo deducir que fui payaso en alguna parte de mi existencia?) Además, ella, la que me lo dijo, se ha ido a Budapest, hacia alguna villa de apellido de General, a las Islas de alguna parte del océano que no logro ubicar. Probablemente en el este.

De todo, lo que me trae un recuerdo que me gusta sentir es una serie de compases, armonías, tocadas en piano: Una rapsodia. Me lo dijo alguna de esas emperatrices que andan por los conservatorios y que me regaló un pedazo de tiempo cuando no podía controlar mi emoción al escuchar su interpretación. “No sé lo que es una rapsodia” le dije, pero lo apunté en mi cuaderno de notas. Ella volvió a interpretar la pieza. Alguna vez lo sabré, en esta o en otra existencia, o alguna vez lo supe. Se me viene a la mente la pregunta: ¿Ella fue mi amor también en alguna vida pasada?

Para qué camino sin rumbo si me puedo abstener de llegar a cualquier parte. Antes me entusiasmaba. Iniciaba con todo mi corazón y decía: “aquí” y pensaba en “allá”. Al llegar, la nostalgia de “aquí” era la de “ayer” y así se me acumulaban los puntos de inicio. No aparecía lo que pudiera decirme: “ya llegaste”. Entonces, pensaba nuevamente en el “aquí”.

Hoy leí un poema que dice: “Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras no guarecen, yo hablo”. Lo escribió una mujer: pensé en ella. ¿Sería acaso la misma que tocó la rapsodia para mí en aquella tarde? Así me puso la piel al leer su poema. La misma emoción. Aunque son cosas distintas una rapsodia y unas cuantas letras.

Miserias que me sirven como intento de cobijo ante la indigencia del mundo. No alcanzaré alguna vez la esquina que me pregunte: “Rapsodia, ¿De dónde apareció el poema?”

Los amantes viven en mundos diferentes, las miradas no pueden rebasar la niebla ni mi memoria traer al presente lo que he vivido, lo que he sido. Palabras de otros idiomas que nadie habla. Pero no es necesario explicar todo. Yo solo me entiendo. Y lo que no pueda expresar, que una rapsodia o un poema lo digan por mí. Incluso lo que no recuerdo.









ajusco. 18 sept. 2008
El fragmento de Alejandra Pizarnik proviene de La extracción de la piedra de la locura, 1968. Argentina.

1 comentario:

danielnavarro dijo...
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Acerca de mí

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Cancún, Mexico
Escritor y Naturalista. Licenciado en Biología por la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios en Texas A&M University Campus Kingsville y The University of Florida.