El escritorio de un anarquista y los escarabajos de Traven
Daniel Navarro
Una casa construida por Ramírez Vázquez (se dice, y continúan las historias y enigmas) en la calle de Mississipi, colonia Juárez, de la ciudad de México. Hasta arriba, un cuarto grande, un invernadero, un escritorio. Los papeles del anarquista que llegó a México a contar historias de indios. Traven. Veo a su viuda. Ella misma ha perdido la memoria, el síndrome de Tick la aqueja y enfermeras se substituyen en horarios de ocho horas cada una. La miro, le toco la frente. Una enfermera le habla quedito. La tele funciona a bajo volumen. Poca luz. Traven habita en un cuadro que… y me distraigo viendo otro cuadro, y algunas cartas de sus trabajos en McCall’s y Atlantic Monthly.
Traven construyó un universo alrededor de sí. Identidades, personas, curiosidades, sobre todo cuando los escarabajos empezaron a habitar en la madera de su cuerpo, tal y como habitan estos insectos el cuerpo de cualquier indio. En el Tampico de 1924, camina y enciende la llama de las historias que tendrían una característica fina: la lógica alemana combinada con la lógica rural de las voces anónimas: dos piezas de artillería idealista que embonaron a la perfección como perfecta maquinaria. Decidia, rebelión, soberbia, simplicidad, ingenuidad, una terquedad que casi raya en la perseverancia y el modo de confundirse con el horizonte de la melancolía, todos esos son caracteres que identifican a los anarquistas y los hace diferentes de otros tipos de especímenes de la jauría humana.
Vi sus fotos. Blanco y negro, apenas un poco más grandes que los negativos de medio formato. Hoy tendría más de cien años.
Ya no hay plantas excepto en el jardín a ras del suelo, algunos árboles se inclinan hacia la construcción.
"Habrá que tumbarlos".
Cuando expresé que me preocuparía el ruido de la motosierra, recordé que el tiempo no existe. No hay nada que recuerde a Traven. Él mismo borró su senda hacia el Paseo de la Reforma.
Los escarabajos creo que se encuentran en la madera en espera de otro indio o de otro anarquista. Lo que pase primero.
"Habrá que dejar los árboles en pie" pienso, al recordar a los escarabajos.
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