Desde mi solo
Daniel Navarro
Les he dicho adiós,
vaciado los bolsillos,
en esquinas, hondonadas
cruces, calvarios,
palomas volando.
La cruz de la parroquia lanzó un suspiro
una campana en silencio
los fantasmas emigraron de mi esqueleto.
Desde mi solo,
asalté el cerco del propio pecho
con tu estandarte,
en fulminante
batalla
contra mi candente soledad.
A pesar de la resistencia inútil,
el yermo páramo de mi vida
entregó su plaza, municiones,
fuertes y zanjas sangrientas;
recorrí a campo traviesa
túneles y laberintos
eliminé reductos
impunes lanzas asesinas,
hasta ver ondear
pañoletas blancas
visibles muestras de rendición.
Planté tu bandera en mi pecho dominado
por la estrategia de tus versos
y crepita
la voluntad
de florecer un castillo
en esta tierra árida
que bajo tu mirada
se ha vuelto bosque.
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