Rectángulo
Daniel Navarro
Por un agujero en el techo
del cuarto donde duermo
la luz de un sol me llama a la vida: Amanece.
El rectángulo alberga un domo casi translúcido, opaco.
A veces los gatos maúllan con fuerza,
el celo es poderoso.
Cuando noche, el rectángulo se dibuja
levemente por una vela encendida
durante mi sueño.
Hoy seleccioné azul, como tu bandera.
La encendí. Está brillante en este momento.
El agujero en el techo celoso
no deja entrar la luz de las estrellas,
que se apilan alrededor,
para verme dormir.
Te recuerdo.
Descanso.
Me cohíbe la vela y me cubro la cara.
Visiblemente emocionado,
al despertar, el rectángulo me recibe
con su sonrisa solar.
Tardo.
Me desperezo.
Disfruto.
Te recuerdo.
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