viernes, agosto 31, 2007

ASPID

Áspid
Daniel Navarro




La escritura de un cuento me transportó repentina e inesperadamente a tierras árabes y a sus características tanto naturales como musicales.
El cuento “Caballos en el desierto” narra los sucesos relacionados con la pérdida del mar y se resuelve en forma mágica y amorosa a través de una amorosa odalisca de piel oscura que le brinda al osado protagonista del cuento, con un mar transformado en un oasis.
Mas para ello es preciso pagar el precio de la magia, transformado en una serpiente.
El amor entre la odalisca y una víbora cierran la historia de amor.
En mi cuento vi a la serpiente como una Cobra.


Esa repentina sensibilidad de escritor hacia lo desértico y las odaliscas coincidió con un anuncio de la Casa de la Cultura invitando a un concierto en tierras flamencas y en el desierto árabe, por parte de tres extraordinarios músicos: “Sinfonía Desordenada”, Rodrigo López Ray (Guitarra), Anthony Porteill (Cajón y darbuka) y Mario Delgadillo (Piano y teclado digital).

Asistí.
Tomé mi asiento entre los viajeros.
Se hizo la oscuridad.
Su música se abrió alrededor de una tienda bajo el abrigo generoso de las estrellas.
Vi durante el concierto a un Rodrigo con turbante y barba musulmana.
La tienda árabe ondeaba en cicatrices de antiguas batallas.
Bailó Cleopatra.
La vi.
Estoy seguro que todos la vimos en su espíritu.
Mis ojos compartieron un mundo fascinante a través de los mensajes auditivos y una alfombra mágica que desplegó un universo de romances distantes, nostálgicos, evocadores.
A través de la música del trío pude discernir una mirada de odalisca entre velos, ombligo que embrujaba mis ojos de serpiente.
Aplausos de flamenco, golpeteo en el piso, miles de tambores en valla, guitarras en sol, arena del desierto entre cascabeles.


Un trío intelectual, educado, con un lenguaje absolutamente novedoso, con bases musicales sólidas, un despliegue notable de golpes flamencos en la guitarra del profeta Rodrigo.
Gorjeo de cuerdas en seis golpes de viento, prima y sexta repetidas en mí. Estupenda ejecución en marcados de golpe con pulgar para entradas y salidas.
Movimientos de camellos en la caravana.


Una exploración colectiva, guiada por los acordes de piano de un guía musicalmente atrevido, Mario Delgadillo cambiando entre teclado y piano, dependiendo de su albedrío, descansando en las interminables prácticas de escalas cromáticas, caminando veredas de ida y vuelta, incontables veces.
Veneno de áspid en mi corazón.


Anthony Porteill antes de montarse en cajón y de acariciar su darbuka, estuvo escribiendo los ganchos árabes para discutir en forma absolutamente académica y profesional el por qué no puede ser Yilan la palabra más apropiada para el cuento, por ser un sinsentido turco-árabe en términos lingüísticos.
(Yo le había explicado que Yilan, usada en el cuento mencionado en el primer párrafo de este texto, era una primera propuesta de la escritora Yolanda Arroyo Pizarro).
Me apabulló cuando escribió en árabe las diferencias entre las palabras.
Anthony sugirió a la serpiente Áspid para mi cuento, con la palabra Silun, con un punto debajo de la ese.
Una breve revisión indica el poder mortífero de una serpiente elegida por una Cleopatra en tiempos de zozobra.
Amor escrito de derecha a izquierda.


Áspid.
Un cuento y una serpiente dentro de un concierto.
No es vano aseverar que todos fuimos mordidos por una serpiente venenosa a través de la propuesta musical que recorrió nuestras venas poco a poco.
Si usted desea verlos, los miércoles en punto de las nueve y media de la noche, este conjuro de “Sinfonía Desordenada” instala su carpa en las alfombras de Leda Gamboa, cuando El Pabilo recobra un trébol musical en la frente. Lo esconde, lo muestra, lo llama.


Un comentario final: Si la reciente invasión a Iraq ha mostrado algo, es que existe un enorme sentimiento árabe que corre por nuestras venas que hablan español.
Lo saben los tres jóvenes del trébol.
Arabesco puro.
Flamenco rosa en vuelo.









Notas.- Escribí esta nota en Cancún, julio 2003, desafortunadamente el grupo se disolvió. A pesar de que volví a ver a dos de los integrantes actuar por separado, no se logró -al menos en mi sentimiento-, cohesionar el sonido mágico que describe este texto.

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Acerca de mí

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Cancún, Mexico
Escritor y Naturalista. Licenciado en Biología por la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios en Texas A&M University Campus Kingsville y The University of Florida.