lunes, septiembre 03, 2007

GLOBALIZACION Y ESCRITORES




Globalización y Escritores
Daniel Navarro





Los procesos de globalización sorprenden en la historia lineal de los pueblos porque introducen características ajenas, en un tiempo breve, y con la tendencia expresa de lograr una respuesta más o menos homogénea y favorable a quien induce dichos procesos.
Si bien el tema es complejo, podríamos aseverar, analizando los registros históricos, que los grandes procesos de globalización han estado acompañados de una ideología religiosa en la mano izquierda, mientras que con la mano derecha se ha utilizado la violencia en forma recurrente.
Detrás de ambas, una intención económica claramente discernible: La voracidad del poder en sus múltiples manifestaciones.


Uno de los procesos más exitosos en el tema que nos ocupa, es el cristianismo. Sorprendente conquista de casi media humanidad en nombre de Dios, la aplicación de una perseverante estrategia que germinó y se ha desarrollado durante dos mil años, pero no es el único ejemplo.
En el caso del islamismo, la situación no es diferente y lo mismo podríamos aseverar de otras religiones mezcladas con el golpe del mazo. Pudiera establecerse que las religiones han servido a los procesos con un apenas disfraz de conversión en la espiritualidad.


Hay caídos en ambos bandos durante la batalla. Por el lado de los poderosos, los mártires. Por el lado de los grupos sociales sobre los cuales se ejerce esta política de dominación: el anonimato. En el caso de los primeros podemos decir que son aquellos que logran un perfil de alta relevancia y cuya caída significa un heroísmo digno de encomio, de alabanza, de reflejo en las páginas de la historia.


En estos procesos a través precisamente de la historia, donde la conquista ocupa un lugar preponderante en la homogeneización social bajo presuntos mandatos de origen divino, llegamos a una actualidad pletórica de mecanismos artificiales para mantener y desarrollar una sociedad profundamente consumista, con una política de globalización moderna que mantiene en la mano derecha la violencia mientras que en la mano izquierda observamos un cambio de profunda relevancia: la ausencia de la divinidad en forma expresa. Como sucedáneo tenemos con frecuencia otros semidioses, incluyendo a ideologías ya no religiosas sino políticas.


Viva la “democracia” en cuyo nombre se perpetran ahora las máximas atrocidades. Con la espada de Damocles sobre aquellos pueblos que han de ser colonizados, el pendón de la democracia en alto justifica invasiones, saqueos. Si antes fue el incendio de Sodoma y Gomorra, el mensaje actual es claro y repite el simbolismo: Aquellos pueblos que se atrevan a la desobediencia, y que miren hacia atrás quedarán convertidos en estatuas de sal.


Habrá filósofos que justifiquen invasiones, bloqueos, acosos. Florecerá una pléyade de pensadores en el campo de las ciencias, de las artes, de la teoría económica y del medio ambiente: la relación con la naturaleza y los seres humanos se conforma ahora de acuerdo con los procesos de globalización planetaria.


Han transcurrido tres mil años de sociedad y me pregunto si toda esta evolución ya alcanzó a su cúspide con el concepto de la democracia.
¿Toda esta historia para esto?
¿Nuestras formas de organización social al interior de nuestros pueblos es ejemplar?
¿Somos más libres, más justos, más prósperos, bajo la democracia?


Si en los efectos globalizadores de la antigüedad éramos un alma pegada a la plata, a los bosques, a las especias, ahora somos un voto político, o el poder adquisitivo individual para consumir productos producidos en forma homogénea, igual, monótonamente actualizada.


Recientemente en Cancún se dio cita la V Cumbre Ministerial de la Organización Mundial del Comercio, el mundo alineado –como si fueran partículas de fierro- alrededor de los campos magnéticos de los conceptos mercantiles. Parece que estamos en un callejón sin salida.


A pesar de la diversidad de culturas, la tendencia a la globalización tiene una dirección y un sentido. Las demás manifestaciones de nuestros pueblos necesariamente serán secundarias y en todo caso, servirán para adornar algunas excentricidades. No obstante, no somos nosotros ni los que decidimos, ni los beneficiarios.


Recuerdo a un escritor del mundo desarrollado, Hamish McRae, experto en el análisis de la economía mundial, quien sostiene la paradójica tesis de que las principales fuerzas de la economía norteamericana no son los recursos naturales ni las economías de escala del país, sino su cultura y su intelecto.
Pero McRae –sostiene Rafael Tovar y de Teresa, en alguna refutación publicada a mediados de la década pasada—no se refiere a los grandes novelistas, dramaturgos, poetas, pensadores o arquitectos de Estados Unidos, sino al dominio cultural que ejerce mediante el cine, la televisión, el video, los libros, los periódicos y la música popular por medio del desarrollo de la tecnología.
También recuerdo aquella otra editora de una revista femenina de actualidad en los Estados Unidos que se preguntaba si existe algo digno de leerse en el idioma español.


Ante los procesos planetarios así planteados, la disciplina de los vencidos es un elemento fundamental para lograr un esquema filosófico que permita mantener la individualidad de los pueblos: mantener el diálogo intelectual entre artistas, representantes de las culturas, y mantener el nexo con los habitantes, nutriéndose de las características únicas de la sociedad.


Uno de los representantes de mayor preponderancia, elemento clave en el mantenimiento de la individualidad de las sociedades humanas, es el de los escritores, y de la intelectualidad en general debido a su enorme poder de capturar la posteridad a través del lenguaje escrito. Alcanzar una alianza en el presente para lograr un futuro más justo. Anticipar las estrategias. Impedir la pérdida de dignidad como un fenómeno generalizado a nivel mundial, cosa que vemos en nuestras propias sociedades, con nuestros propios pueblos, con nuestros propios gobernantes.


Preveo una ardua labor dentro del sector de las letras y de la intelectualidad en general, para lograr plasmar futuros anticipados, escenarios y el alma de las sociedades que se resisten a formar parte de las fórmulas implacables del despojo que se avecina. La intelectualidad dentro de un proceso creativo que puede ser luz en medio de la oscuridad.









· Presentado ante el V ENCUENTRO DE ESCRITORES DEL CARIBE, Playa del Carmen, México. 11 octubre de 2003.

· Ilustración: "Alegoría", (tinta, pincel y papel de algodón) original de Danielle. 2003. Copyright. Derechos reservados.

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Acerca de mí

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Cancún, Mexico
Escritor y Naturalista. Licenciado en Biología por la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios en Texas A&M University Campus Kingsville y The University of Florida.